Guiados por su profesor jefe, Carlos Ramírez, los estudiantes de 5° básico transformaron el recreo en un espacio de aprendizaje dinámico. Juegos entretenidos y dinámicas interactivas invadieron el patio, convirtiendo los minutos de descanso en una experiencia de colaboración y diversión.

Las risas resonaban mientras los participantes se sumergían en actividades diseñadas para fortalecer el compañerismo y el respeto mutuo. No era solo un recreo cualquiera: era una oportunidad para aprender de una manera diferente, para compartir momentos inolvidables y para descubrir que cada espacio de la escuela puede ser un lugar de crecimiento.

Gracias al liderazgo y entusiasmo del profesor Carlos Ramírez, esta iniciativa cobró vida y dejó una huella en la comunidad educativa. Con creatividad y compromiso, los estudiantes demostraron que la educación no solo sucede en el aula, sino también en aquellos pequeños instantes que, con dedicación, pueden convertirse en grandes oportunidades de aprendizaje.